jueves, 21 de marzo de 2013

Robert Lowell, sobre la poesía americana posterior a 1950

“Nuestra poesía moderna tiene en sus manos un ovillo enmarañado. Hace cincuenta años, la generación de Eliot, Frost y William Carlos Williams provocó una enorme explosión. Hemos tenido una poesía tan inspirada y, quizás, tan importante y tristemente tan breve como la de Baudelaire y sus sucesores o la de Roma en tiempos de la República y primeros años del Imperio. En la actualidad, dos tipos de poesía están compitiendo, la “cocida” y la “cruda”. La primera, magníficamente experta, parece a veces que haya sido concebida para su consumo y digestión en un seminario de doctorandos. La segunda, enormes pedazos sangrantes de experiencia sin condimentar, que se preparan y sirven a oyentes de medianoche. Hay una poesía que sólo se puede estudiar y otra que sólo se puede declamar; una poesía para la pedantería y otra para el escándalo”. (Extraído del prólogo a “Por los muertos de la unión y otros poemas”, ed Cátedra).

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